¿Cómo podemos fortalecer nuestra conexión emocional y mantenernos cercanos a lo largo del tiempo?

ep Borrell, autor del libro “Bailar en la cocina” aporta cinco ingredientes perfectos para evitar que la rutina y el tiempo desgasten nuestra relación.

1.- Lo primero de todo es: no abandonarse. Ni física ni psicológicamente. Cuando comenzamos a salir con alguien, solemos pasar mucho tiempo en el espejo para dar nuestra mejor imagen física, cuidamos nuestro modo de hablar y somos muy educados. Pero, ¿qué pasa cuando nos casamos? Realmente, no debería pasar “nada”. La vida, el noviazgo y, el matrimonio, son una aventura y para llegar hasta el final, para romper todas las estadísticas y disfrutar el parasiempre. Pero… hay que currárselo.

2.- El segundo ingrediente para mantenernos cercanos en el tiempo consiste en no reírnos nunca el uno del otro. Cuidado con las bromas; está bien, muy bien, reírse juntos pero nunca para burlarnos de la otra persona. Si ya en el noviazgo esta situación comienza a volverse habitual es un síntoma claro para dar un paso atrás y cortar la relación o ponerla en cuarentena.

3.- En tercer lugar, este influencer del amor nos invita a evitar las discusiones inevitables. En este apartado hay que tener muy en cuenta que los problemas y crisis podrían clasificarse en tres niveles: 1.- problemas poco serios (que son los que nos suelen ocurrir a diario), 2.- problemas serios (en los que es muy importante hablar cuanto antes) y 3.- crisis matrimoniales. Para este tipo de problemas se recomienda pedir ayuda o acudir a terapia y acompañamiento conyugal.

La realidad es que la mayoría de las veces discutimos por tonterías. Algunas de estas discusiones podrían ser debidas a:

  • –  Temas de orden (cómo pones los platos en el lavavajillas. Dónde dejas la ropa sucia…)
  • –  Limpieza en el baño (ropa sucia tirada en el suelo, la toalla mojada encima de la cama…)
  • –  En el coche (damos órdenes al que conduce…)
  • –  Puntualidad.
  • –  Modo de vestir (me he casado con un hippie o con una pija)
  • –  Decoración de la casa.
  • –  La familia política. 4.- El cuarto ingrediente implica tener muy claro ya desde el noviazgo el proyecto que vamos a construir. Somos dos en una sola carne. Los dos buscamos ser la mejor versión para el otro y por ello, es clave que nuestros enfados duren lo menos posible. Si discutimos y dejamos de hablarnos (siempre hay uno que le cuesta un poco más que al otro), el problema sin resolver comienza a enquistarse y produce primero un bloqueo

emocional y después una desidia común que puede terminar en no tener deseos de querer luchar por la relación.

5.-. El último ingrediente va de la mano del cuarto: que los enfados no se acumulen. Ayer leía en un artículo que en España ya el 50% de los matrimonios se rompe, y no creo que ninguno de ellos en su sano juicio, diera el paso al sí quiero ya pensando en la ruptura. No, las personas deseamos y buscamos el bien, la belleza y la bondad intrínseca a nuestra naturaleza humana, y por ello, debemos luchar, dar pequeños pasos cada día, cuidar lo que más queremos y hacer crecer el proyecto que deseamos construir juntos. ¿Será costoso? Nadie dijo que fuera fácil, pero siempre AMAR con mayúsculas, merecerá la pena.

Un matrimonio se destruye por descuidar las cosas pequeñas de cada día. Por eso, no olvides…

Un te quiero dicho y oído.
Un beso antes de levantarte y al acostarte.
Un abrazo en el pasillo.
Un baile en la cocina.
Un whatsApp en mitad de la mañana y que no sea para que compres leche.

No olvides nunca que todos los grandes proyectos comienzan por una página en blanco ¿comenzamos a escribir?

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