¿Por qué la gente no quiere casarse?

Al hecho indudable de la descristianización de la sociedad, con lo que ello implica para la vida sacramental, hay cuestiones del hombre de hoy que son determinantes. “Se ha producido una separación entre los conceptos de amor y compromiso. Lo que tradicionalmente ha estado unido se ha ido disociando gradualmente, pasando de un modelo de amor basado y sustentando en la entrega y donación a un concepto de amor que se identifica con el sentimiento y la mera satisfacción mutua de necesidades: ‘Estoy contigo mientras me sienta enamorado y sienta que me haces feliz’”, Miguel Ángel Martín Cárdaba, profesor universitario y autor de Por qué otros van a fracasar en el amor… pero tú no (Rialp, 2024).

El “otro” ha dejado de ser el importante en la relación amorosa. La clave hoy es lo que uno consigue de ella. Si ya no existe compromiso incondicional, lo cual implica sacrificio, esfuerzo y renuncia, el matrimonio ya no tiene sentido. De ahí que tantas personas no quieran casarse. Son víctimas de la cultura emotivista y nihilista.

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